LA PREGUNTA
En cierta ocasión, me destinaron a una casa de colonias en la que se trabajaba el cielo. No en su acepción religiosa y mítica, sino en su acepción científica y racional, naturalmente aderezado con su toque de fantasía. La historia que se trabajaba era que la casa era un centro de de una agencia espacial, y que bajo su estructura se hallaba un moderno laboratorio de investigación. Naturalmente la historia tenía sus variantes. En una de ellas, los monitores éramos robots, aunque sería mejor decir androides o replicantes.
Esta versión, la de los robots, me encantaba pues habíamos de responder a todas las preguntas lógicas que nos hacían los chicos, cosa que nos obligaba a afinar el ingenio y la memoria. Las preguntas eran en torno a ¿por qué sudábamos?, ¿por qué mostrábamos cansancio?, ¿por qué llevábamos gafas?, ¿por qué ingeríamos alimento?… si éramos robots. Al responder a las preguntas había que tener buen cuidado en no contradecirse, para no romper el hechizo en las mentes infantiles. Era maravilloso ver cómo se les iluminaba la cara a los chicos al encontrar una contradicción y creer que nos habían pillado, para seguidamente ver su cara, entre la decepción y la ilusión de haber errado y seguir manteniendo la fantasía.
El caso, es que el último día de la colonia, cuando los autocares estaban prestos a marcharse y los monitores cumplíamos con el ritual de la despedida del grupo, un niño, de los que había realizado más actividades conmigo, se me acercó y me dijo:
— Josep, es el último día y no nos vamos a volver a ver en la vida. Dime la verdad: ¿Eres un robot o no?
¿Y.. Josep? Continúo esperando la respuesta. ¿Eres o no un robot? 😉
Saludos de domingo.
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Tendrás que venir de colonias para averiguarlo. Un abrazo y feliz domingo.
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Simpática historia 🙂
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Es curiosa ansia de saber del ser humano o de querer creer en la fabulación
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Una pregunta acertadísima.:-)
Que divertido el planteamiento ! Le veo la gracia, hasta para adultos…
Saludos!
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Gracias. Un saludo
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Fascinante historia… Gracias por compartirla.
Que mas da si eres o no un robot, lo que importa es lo que transmites y lo que sientes y haces sentir a los demás. Fdo. Un niño mas.
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Si. Supongo que al final eso es lo importante, el sentimiento de fascinación, misterio y cierta felicidad.
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Fantástico!
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Realmente me quedé de piedra ante la pregunta.
Un abrazo.
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La respuesta … ¿Cual fue?
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Queda entre él y yo. ¡La fantasía al poder! Un abrazo.
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Llegaste a generar la duda en él….
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Más que duda, es ese deseo que tenemos todos de creer en lo maravilloso.
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por eso…por eso,lograste crear la duda
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Me ha fascinado el relato. Y el final abierto me lleva a concluir que, efectivamente, puedes ser un robot.. :. 😀
Un abrazo, Aquileana 😛
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Ni yo mismo lo sé. Harrison Ford no me ha sometido al test de los replicantes.
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Excelente relato.
Besotes y fuerte abrazo. 🙂
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Gracias. Un abrazo.
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Muy bueno, señor robot 🙂
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Muchas gracias. Un abrazo.
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La inocencia no tiene precio.
Abrazo Salvela
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Realmente no, aunque algunos se empeñen en ello
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Mi querido robot:
No acierto a distinguir tu real y cabal naturaleza. Me veré obligada a aceptar la invitación e ir de colonias. Mientras tanto y para tu repisa de galardones, desde En Humor Arte te he nominado para premio Dardos: http://veronicaboletta.wordpress.com/2014/07/30/flechas-como-dardos/
Abrazo 🙂
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Muchas gracias Verónica. En cuanto pueda haré una entrada de agradecimiento a personas como tú, compañeros y compañeras en este paseo por el ciberespacio.
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La inocencia de los niños es una delicia.
Y ahora así, entre nosotros… ¿eres un robot? 🙂
Abrazos veraniegos…
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Abrazos. Asíe entre nosotros… tendrás que comprobarlo….
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Pues tendré que comprobarlo, siiii 🙂
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Hola Josep,
recuerdo esos días de colonias de mi infancia como algo mágico y maravilloso. Actualmente son mis hijos los que se van de campamentos y esa mirada, esas explicaciones y ese cansancio en su cuerpo denotan que ellos tampoco las olvidarán en su vida. Nunca se les reconocerá lo suficiente el trabajo, la responsabilidad y la ilusión de todos esos monitores que durante horas y horas preparan con ilusión a lo largo del año esos días mágicos. ¡Felicitaciones a todos!
Un abrazo
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Gracias. Hay grandes profesionales, a pesar de las circunstancias.
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Siempre una bocanada de aire fresco en lo que escribes, Josep. Humor del bueno, del que nos hace reflexionar.
La lógica infantil y su gozador poder de credulidad y fabulación. Qué envidia le tengo a los robots.
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Es muy de agradecer viniendo de uno de los grandes fabuladores de esa Cuba medio ensoñada, entre ritmos caribeños, mentideros populares, hoteles de lujo con olor a estrellas que se codean con mafiosos… Un abrazo.
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