historia 13

…por largo tiempo aplazado, se le enquistó en el cerebro, formando una imagen-bucle tridimensional y corpórea que se repetía cada tres segundos. Era como si la picadura de la puta abeja hubiese liberado un archivo oculto en su diseño genético. Una enorme carroza, rodeada de bellas y macizas mujeres, con la ropita suficiente para averiguar cómo las trajo su madre al mundo, presidida por una gran abeja con un enorme falo gigante, enmarcada por una sinfonía multicolor de fuegos artificiales.

No sabía cómo ni porqué, pero algo en su interior le decía que debía acudir, sin demora, a los Carnavales de Tenerife. Así, que despidiéndose de su vehículo, extendió sus alas, y sus brazos, juntó sus piernas y saltó al vacío. Para su sorpresa, su nuevo aspecto animal, no había mermado su capacidad intelectiva, incluso la había acrecentado, al igual que su miembro viril, que sentía libre y acariciado por el viento, entre sus piernas. Al tomar altura y elevarse por encima del inmenso azul, pudo ver cómo sus perseguidores, hablaban por mecanismos móviles de última generación, antes de poner rumbo a Tenerife y sus lujuriosos carnavales.

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