HABLANDO CON JOAN BUSTOS

jOAN

 

Conversamos de muchas cosas, sobre todo de la vida. Después de todo, la literatura es vida. Vida vivida, vida soñada, vida añorada, vida de otros o vida propia pero vida.

Joan Bustos es un hombre de cincuenta tacos. Filólogo, profesor y maestro (que no es lo mismo), lector ávido (aunque no lee todo lo que le gustaría, lee mucho, pero muchas de estas lecturas vienen impuestas como parte de su trabajo para la editorial), traductor, escritor. Es una persona que ha vivido, intensamente, y eso se nota. Es muy próximo y accesible, de verbo fácil; a poco que se encuentre a gusto, ya está hablando de su vida, su experiencia, sus intereses literarios y creativos, y escuchando, pues toda persona que sabe, y Joan sabe un rato largo, escucha y observa. Ah, no lo he dicho, pero de todo lo expuesto se deduce que es un trabajador incansable, pues aunque tiene muchos dones naturales con los que podría pasar sin esforzarse mucho, trabaja y se esfuerza por cultivar su talento natural y superarse día a día.

Lleva presentándose a premios, concursos y certámenes literarios desde los 22 años. Perseverante lo es. Por fin ha ganado el premio Enric Valor de narrativa Juvenil del año 2015. Es muy complicado el mundo literario, no es llegar y besar el santo, y Joan es una muestra de ello: un buen escritor, con talento, que lleva muchos años trabajando en textos de gran calidad y empieza a ver los frutos de casi treinta años de trabajo.

La literatura la lleva en vena pero lo que le llevó a presentar sus escritos a las editoriales fue un cúmulo de circunstancias diversas. La primera fue la lectura autoimpuesta de textos para recomendar a sus alumnos: “la de maestros que recomiendan o eligen libros para sus alumnos sin haberlos leído”. (Dato alarmante. Mis ojos como platos) “Noooo.” “Sííííí.” Esto le llevó a realizar un trabajo de lectura para la editorial. Lee textos y da su opinión. Y esto le llevó a conocer cuántos textos infantiles y juveniles son de calidad infame y se dijo, “yo lo puedo hacer mejor.” Una historia adecuada, que enganche y bien escrita. Y doy fe de que con Pa sucat amb somnis lo ha conseguido, libro en que, por cierto, hace publicidad de su novela juvenil, Música amagada. “Eres el primero que me lo comentas.” “No me lo creo.” “Sí.” “¿Y cómo es eso?” “Porque tu lees. La mayoría pasan la vista.”

Pero ya hablaremos de Música amagada (Música oculta), pues ahora toca seguir hablando de lo que le llevó a presentar sus trabajos a las editoriales. Joan habla a sus alumnos de literatura, les habla de libros, les cuenta historias y consigue que se interesen por ellas. Cuando habla, y los que estáis con niños sabéis lo difícil que es, sus alumnos callan y le escuchan, y le piden más historias bellas, incluso en el patio se le acercan y le preguntan por el libro que lleva debajo del brazo, si la portada les atrae (las portadas venden). Naturalmente pensó que si podía captar la atención de un auditorio con la palabra, ¿por qué no intentarlo con una novela?

Y hasta aquí hemos llegado. Otro día, más.