X-MEN: DÍAS DEL FUTURO PASADO
Hace unos días, se estrenó la última película, hasta la fecha, de los X-men, o como se les denominó en su momento, en el cómic, los hijos del átomo. Cuando Stan Lee los creó, no tuvieron demasiado éxito, a pesar de que la idea era buena. En el mundo de los super-heroes ya había una famila (los cuatro fantásticos), un grupo de coleguitas que iban y venían (los vengadores) y Lee puso en el mercado el grupito escolar (X-men), un buen abanico para satisfacer sensibilidades diferentes. Además, con esta idea de la era atómica y sus consecuencias, el equipo creativo podía poner a cualquier individuo con cualquier super poder, sin tener que explicar la adquisición de este, de ahí lo de hijos del átomo, todos venían del mismo sitio.
Ya en los cómics, se dejaba intuir ese momento en que se luchaba por los derechos civiles. En la Marvel siempre ha sido así. Se podría seguir la historia de la sociedad USA y, a grandes rasgos, la evolución de la política internacional, a través de sus cómics. Precisamente, esa identificación con la lucha por los derechos civiles, ha sido uno de los motivos por los que la serie de los X-men, cobró cierto aire de cómic de culto y empezó a tener éxito y a situarse entre los cómics mejor valorados y con un buen número de adeptos.
Los films rodados, empezando por el primero de Bryan Singer, han jugado esta baza de los cómics y la han jugado bien, estableciendo una comparación entre las políticas nazis de idenificación, control y hacinamiento de determinados grupos étnicos o ideológicos con políticas ¿ficticias? USA hacia los mutantes. No, no es que crea que la ficción mutante sea una realidad, pero algunas de las políticas que se quieren imponer, sobre todo desde las compañías de seguros o las empresas de salud, recuerdan vagamente esas leyes que quiere imponer la administración USA, en el mundo de la ficción mutante. La realidad y la ficción, son vasos comunicantes, y cuando hay detrás de estas producciones, personas con sensibilidad e inteligencia, como es el caso del director Bryan Singer, ello se hace muy visible y presente, y salen productos culturales interesantes que siembran un espacio para le reflexión y el debate, y alertan, desde la poesía de la narrativa visual, a la sociedad.
Como no voy a desvelar nada de la trama y del argumento, pues me molestan los comentarios que lo hacen, diré que he seguido en varios foros, debates en torno a este film. Cometarios muy entusiastas, enfrentados a comentarios más despectivos, muchos de ellos, muy buen argumentados. Yo no pienso argumentar nada, pues la conclusión que saco de todo lo que se pueda comentar de algo tan subjetivo como una obra artística, es que a argumentos similares, con planteamientos similares, virtudes y errores similares en la trama, guión y producción, alabamos o despreciamos la obra, según nos haya tocado la fibra o no. Lo que en un film es un guión inconsistente, en otro film es una elipsis. Aquello que en una película es una incoherencia, en otra es una broma del genio que la dirige. Lo que en un film es un personaje desdibujado, en otro es una pincelada genial y un trabajo actoral minimalista. Y podría seguir. Yo solo diré, que me ha gustado y que la recomiendo, y que se disfruta, tanto si se conocen los films precedentes como si no. Para los puristas, puristas del cómic, diré que no sigue a este con toda la fidelidad que sería de desear por parte de estos, pero aún así, creo que puede satisfacer sus paladares. Disfrutad del universo mutante y de su lectura política y social.