EL DORADO Y HARRY POTTER
No, no es una nueva entrega del famoso mago, ni una aventura apócrifa. Se trata de una sencilla conexión que hice el otro día, viendo este viejo western (El Dorado) de Howard Hawks. Este film, con variaciones, es un remake de Río Bravo, excelente western del mismo autor, que se gestó debido al aburrimiento o rechazo que le produjo la historia contada por Fred Zinnemann en Solo ante el peligro (High Noon, 1952), buen western y económico, bien interpretado por Gary Cooper. La película, según algunos críticos es una metáfora del Macarthismo, uno de los episodios más negro, vergonzoso y retrógrado de la historia de los Estados Unidos. En ese tiempo, la extrema derecha secuestró al país provocando una histeria colectiva en torno al peligro comunista y su dañina infiltración en todos los sectores de la vida estadounidense. Sindicalistas, luchadores por los derechos civiles, artistas, personas afines a ideas socialistas y comunistas fueron perseguidos. Se instauraron comisiones que llamaban a declarar a los ciudadanos sospechosos. Se negó el trabajo a profesionales incluidos en una lista inexistente, por negarse a declarar o denunciar a sus amigos, vecinos y compañeros de trabajo. Varios intelectuales y artistas se exiliaron. Esto son solo algunas pinceladas sobre esa época terrible para la sociedad americana en general y para las personas que sufrieron cárcel, persecución y acoso, dificultando que se pudiesen ganar la vida con un trabajo sujeto a contrato.
Volviendo a Solo ante el peligro y Río Bravo. A Hawks le pareció mal el hecho de que un sheriff (un profesional) se pasase media película mendigando ayuda. Esta anécdota fue el germen de Río Bravo, en que el sheriff se pasa toda la película rechazando la ayuda que se le ofrece, hasta hacer de ello un gag recurrente, apoyado en el nombre del personaje protagonizado por John Wayne, Chance. El western de Hawks fue todo un éxito, una obra maestra en la que el director dio una lección de cine, dejando que los actores enamorasen a la cámara y componiendo la película en torno a ellos y a sus características. Toda una lección de cómo realizar un western en espacios cerrados, sin las clásicas cabalgadas y tomas panorámicas en espacios abiertos. Ello no quiere decir que no hubiese acción.
Años más tarde, realizó otro western, El Dorado. Tras una introducción inicial, el resto del film se convirtió en un remake de Río Bravo, película que le había resultado en taquilla, había sido bien acogida por la crítica y se había convertido en un símbolo sobre la amistad viril. Si Hawks ya estaba decidido a hacer el remake o fue una cosa que vino sobre la marcha, una especie de vuelta a un material que conocía, que le había dado frutos y con el que se sentía cómodo, lo desconozco. Una cosa era cierta, se había quedado con ganas de probar algunas cosas en su anterior film, Río Bravo, cosas que hubo de desechar, en aras del equilibrio formal del film. Algunas de estas cosas las trasladó a su nuevo proyecto: El Dorado, que resultó ser un remake más excéntrico, más pasado de vueltas y con guiños hacia la comedia más alocada de los años treinta. Todo ello funcionó a la perfección y consiguió hacer otra excelente película. Y para terminar con el tema, diré que aún hizo otro remake más de Río Bravo, que fue otro excelente western, Río Lobo.
¿Por qué pensé en Harry Potter viendo El Dorado? ¿Os acordáis de las batallas entre los magos alineados con la Orden del Fénix y los mortífagos? En estas, los mortífagos no se andaban con rodeos y lanzaban maldiciones prohibidas, destinadas a matar principalmente, y los magos que se alineaban con la Orden del Fénix utilizaban hechizos defensivos, de los de hacer cosquillas… De hecho, Harry es el primero que se niega a matar. Eso, aunque coherente en el mundo de Harry Potter, siempre me ha rechinado, no lo veo real, lógico ni coherente. Pero, repito, es coherente en el mundo creado por Rowling y en la trayectoria que describe de Harry Potter, en su confrontación con Voldemort y en su madurez como persona, eligiendo, en todo momento lo que considera correcto.
En El Dorado, film muy perverso, los “malos” (si me decido algún día haré una entrada sobre los mitos del Fart West), respetan las reglas del juego, mayormente, sobre todo el pistolero antagonista del personaje interpretado por John Wayne, y son los “buenos”, los que violan el fair play para alzarse con la victoria, y juegan sucio. Es por esto que pensé: “El anti Harry Potter”, y es por esto que considero que El Dorado, western excéntrico y humorístico, es gamberro, perverso con los mitos y clichés establecidos por el género cinematográfico película tras película.