HISTORIA 32

Privado: historia 32

…Flanagan tenía bien sujeto el apicarium RX2000. Conforme el vehículo ganaba altura y velocidad para salir eyectado del agua, Flanagan sentía cómo la presión lo aplastaba contar el asiento y las facciones se le deformaban. La cabeza le empezaba a dar vueltas, le costaba respirar, sentía nausea y empezaba a ser consciente de que de un momento a otro se iba a desmayar. Solo le consolaban dos cosas, que nadie iba a ser testigo de lo nenaza que era y de que la puta abeja lo estaría pasando igual de mal.

Su estado le impidió escuchar un pitido de uno de los chivatos del tablero de mandos, el que anunciaba la falta de oxígeno. Pascualo ascendía, ganando veolcidad hasta que de golpe se paró, Flanagan, que no se había puesto el cinturón, se golpeó contra el cristal, que se partió, dejando pasar toda el agua del océano infinito. ¿Y eso era un puto vidrio de seguridad? Pascualo, por exceso de confianza había cometido un fallo garrafal, había desplegado las alas sin tener en cuenta que el agua entraría por las rendijas, sin sellar. Al llegar el agua al motor, sencillamente se paró. Pascualo se precipitaba al fondo con Flanagan y su preciado contenido. Flanagan, sin tiempo para pensar, se hurgó la nariz, sacó un moco y envolvió en el a la última abeja del planeta, con la esperanza de que un científico loco consiguiese el ADN del fósil enmocado. Liego, la envolvió en un pañuelo que se guardó en el bolsillo, antes de nadar hacia la superficie y dejarse capturar por sus perseguidores.

FIN

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