EL PELO

EL PELO

Ceremonia del te 237

En cierta ocasión, en mis años juveniles, nos mandaron como trabajo de literatura comentar una poesía. Una verdadera pieza pornográfica, oculta entre imágenes. Los comentarios, en su mayor parte, hablaban de amor y otras delicadezas. Yo no recuerdo mis palabras, con exactitud, pero dije que la cosa iba sobre un tío que se follaba a una tía, evidentemente, con cierto lenguaje académico pero sin excesivas florituras.

Además de recibir un uno, por haber llenado unos cuantos folios, fui llamado al despacho del coordinador y del director.  Creo recordar que nunca más volví a decir lo que realmente pensaba sobre una poesía o texto literario, la vida me resultaba más fácil hablando de flores, abejitas y otras sandeces similares. Ante una buena polla decía ver un lindo pajarito, y ante unos pechos con sus suculentos pezones, veía un envaso perfecto para embotellar el amor, nunca tuve demasiada imaginación.

Volviendo nuevamente sobre el trabajo, este fue comentado en el aula, como ejemplo de perversión depravada. El caso, no sé cómo vino el tema, es que en un momento dado, la profesora dijo:

— En todos los años de mi vida, mi hombre no me ha tocado ni un pelo.

A lo que alguien respondió:

— Menuda puntería.

Aseguro que no fui yo.

27 respuestas a “EL PELO

  1. edwincolonpagan 1 junio, 2014 / 17:50

    Me has hecho la tarde galán, se me han salidos carcajadas hasta del …. jajaja 🙂 Qué bueno está el relato!!! Me encantó amigo.

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    • salvela 1 junio, 2014 / 22:31

      Todo un placer este comentario del maestro del relato fino, breve e inteligente.

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  2. después de la media rueda 2 junio, 2014 / 18:22

    Ja ja ja! Directo al blanco de la diana, el hombre de la maestra.
    La mojigatería de las escuelas, aún hoy, revienta. Me haz hecho reir, Josep. Y eso se agradece! 🙂

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    • salvela 2 junio, 2014 / 19:03

      Me alegro, arrancar una sonrisa de alguien que me deleita con esas reconstrucciones de su Cuba natal.

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  3. franciscojaviertostado 3 junio, 2014 / 18:05

    Hola Josep,
    ¡Ja, ja, ja! Ciertamente eran otros tiempos. Creo que en la actualidad no te pondrían un 1, quizás un 10.
    Un abrazo

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    • salvela 3 junio, 2014 / 19:54

      Como mínimo habría aprendido mucho más que a mentir para aprobar.

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  4. Aquileana 7 junio, 2014 / 19:31

    Elocuente y pícaro… Lo de la buena puntería era un mero eufemismo.
    Beso. Aquileana 😀

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    • salvela 8 junio, 2014 / 9:13

      Siempre he lamentado que esa ocurrencia no fuese mía. Un abrazo.

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